Posted on: 23 noviembre 2022 Posted by: wlasciciel22 Comments: 0

La vida es perversa y aunque nos gustaría que fuera de otra manera, muchas veces tenemos que utilizar los servicios de un abogado durante la misma, ya sea en situaciones en las que nos metemos en problemas o cuando hacemos valer nuestros derechos ante las autoridades estrechamente relacionadas con ella. Independientemente de nuestro objetivo principal, siempre debemos contar con los servicios de la persona más competente y conocedora del tema al que se relaciona nuestro caso. pero ¿dónde buscarlo y cuál es el indicador de esta competencia?

Características de un abogado ideal

Un abogado es considerado una persona de confianza pública – por buena razón. Muchas veces le encomendamos un asunto que es muy importante para nosotros y confiamos implícitamente en que podrá conducirlo de tal manera que se resuelva a nuestro favor. Es por ello que debemos abordar su elección con cautela y una adecuada dosis de mesura, prestando atención a si la persona cuyos servicios queremos utilizar cuenta con características como:

  • Capacidad para escuchar: de un buen abogado podemos esperar con confianza la capacidad para escuchar, pero también para sacar conclusiones apropiadas de lo que escucha. Él mismo tiene que construir nuestra defensa (o ataques) en función de la información que le damos, por lo que es importante que esté concentrado y sea hábil en esto.
  • Enfoque individual: esto está estrechamente relacionado con la capacidad de escuchar mencionada anteriormente y está relacionado con no vincular otros asuntos con los nuestros. Un buen abogado debe centrarse en nuestro caso particular, desvinculándose de otros casos que haya manejado previamente, teniendo en cuenta todas las circunstancias en las que nos encontramos.
  • Lealtad: un buen abogado también es aquel que nos apoya independientemente de lo que suceda en la sala del tribunal. Durante las audiencias, a menudo se plantean casos que no esperaríamos que se citaran y sobre los cuales ni siquiera pensamos informar a nuestro representante. Debe reaccionar hábilmente a esto, sin mostrar que está sorprendido y, al mismo tiempo, tratando de convertirlos en nuestra ventaja.
  • Discreción: el abogado debe ser discreto: está obligado por el secreto profesional; es inaceptable que comparta nuestro caso con nadie más
  • Experiencia en la profesión – un abogado con experiencia es realmente deseable – cuantos más juicios tiene un abogado en su haber, más cómodo se siente en la sala del tribunal; para nosotros, esta libertad es muy importante, porque no queremos ser defendidos (o simplemente representados) por alguien que se sienta intimidado, sino seguro de sí mismo y con bases sólidas para serlo.
  • Facilidad de comunicación y elocuencia: un buen abogado es aquel que no solo puede elegir los argumentos necesarios para llevar nuestro caso, sino también aquel que puede presentarlos de manera adecuada ante el tribunal. A menudo se dice que este método es más importante que los propios argumentos: siguiendo este pensamiento, prestemos atención a cómo el abogado formula sus opiniones y consideraciones en la vida cotidiana. Esto nos puede decir mucho sobre su comportamiento en la cancha.

¿Dónde encontrar un buen abogado?

Hoy en día, cuando Internet se ha convertido en una parte muy importante de la vida de todos, no es difícil encontrar cualquier servicio que nos interese. No es diferente con un abogado: los bufetes de abogados modernos deben existir en línea y ahí es donde podemos buscarlos. Sin embargo, debemos acudir a esta fuente de información en segundo lugar. En el primero, vale la pena buscar una recomendación de amigos que hayan tenido que usar este tipo de servicio antes. Solo ellos pueden recomendarnos un abogado quien realmente los ayudó en su caso, y al mismo tiempo averiguar si las características mencionadas anteriormente se le pueden atribuir, tan deseables en el caso de una persona en la que tenemos que confiar casi por completo. Independientemente de dónde decidamos buscar, no tome la decisión final de inmediato; vale la pena hacer una cita con un abogado determinado para una reunión de presentación (sería bueno si no nos costara nada), durante la cual podemos verificar si el abogado podrá estar a la altura de nuestras expectativas y representarnos en la forma en que queremos ser representados.

Resumen

Al buscar un abogado para nosotros, debemos tener mucho cuidado, especialmente en cuanto al precio que ofrece por sus servicios. Incluso si esta profesión se está volviendo cada vez más popular y la competencia dentro de ella crece constantemente, a las personas que la practican todavía les gusta valorarse a sí mismas. Sin embargo, no hay nada de malo en eso: el precio de sus servicios siempre debe ser adecuado para su tipo. Los asuntos graves, como el asesinato, se valoran de manera diferente a los relacionados con una disputa de tierras o una herencia. Sin embargo, el precio no es lo único a lo que debemos prestar atención al elegir un abogado que nos represente; recuerde que podemos (y debemos) ser exigentes aquí. Al fin y al cabo, estamos hablando de una persona de la que dependerá mucho.

 

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